La Higiene de la Piel y el Cabello.
La piel es una de las primeras barreras del organismo para defenderse de las agresiones del medio. Además, es un órgano de relación porque en ella está el sentido del tacto. Por eso, es aconsejable ducharse (mejor que bañarse) diariamente o al menos tres veces en semana y hacerlo preferentemente por la noche. Así el cuerpo se relaja y descansa mejor. Se deben utilizar jabones de acidez similar a la de la piel y que no irriten. Es mejor utilizar las propias manos. Si se emplean manoplas o esponjas, deben ser de uso individual.
El cabello se ensucia con mucha facilidad porque retiene el polvo, las secreciones del cuero cabelludo y su descamación (caspa). Es aconsejable lavarlo 2 o 3 veces a la semana en función del tipo de cabello (graso, seco ...), y teniendo en cuenta frotar con las yemas de los dedos, nunca con las uñas, y realizar al final un buen enjuagado para no dejar jabón. La elección del champú debe hacerse en función del tipo de cabello. Estas medidas generales deben modificarse en casos especiales como en el supuesto de existir piojos.
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